Mercedes y Ángel son dos hermanos que viven con su familia en Estados Unidos, aunque sus padres son españoles. Concretamente viven en el desierto del Colorado. Sí, sé que es un sitio raro para vivir, pero ellos viven allí, ya que fundaron un pueblo llamado "Zare".
Estos hermanos son muy distintos entre sí. Mercedes tiene 11 años y el pelo largo y marrón, con ojos oscuros. Es muy optimista y siempre ve el lado bueno de las cosas. Es una niña muy amable, pero nunca estudia y no presta atención en el colegio. Ángel tiene 12 años, el pelo corto y rubio y ojos azules. Al contrario que su hermana, es pesimista y solo piensa en lo que puede salir mal. Él sí estudia y en el colegio es muy aplicado. Únicamente se parecen en que los dos son amables y nunca insultarían a nadie.
Un día, una amiga de Mercedes, Jane, les dijo a los dos hermanos que celebraba una fiesta de cumpleaños el viernes en su casa y que los dos estaban invitados. Ángel y Mercedes se alegraron mucho, pero Ángel pensaba sólo qué podría salir mal en la fiesta. Mercedes, en cambio, estaba muy entusiasmada ¡Faltaban únicamente dos días para el viernes!
También había que pensar en el regalo. Los padres de los hermanos los llevaron a comprarlo al centro comercial. Pero era algo muy complicado. ¡Habían tantas cosas bonitas que era imposible decidirse por una! Mercedes le quería comprar a su amiga un vestido azul con unas preciosas flores blancas y rosas. ¡Sabía que era el regalo ideal para Jane! Ángel no pudo quejarse esta vez: ¡Era un traje maravilloso! Compraron el regalo, pero ellos no se resistieron a los fantásticos juguetes del centro comercial. Mercedes se compró una máquina para hacer pulseras y Ángel unos auriculares para su ordenador.
Muy contentos con el regalo que le habían comprado a Jane (y con los juguetes que se compraron) fueron al cumpleaños de su amiga. Jane iba a celebrar su cumple en un espacio muy grande, con juegos, camas elásticas, chucherías ¡un verdadero paraíso para los niños! Ángel seguía pensando que algo tenía que salir mal. Mercedes, en cambio, estaba muy contenta. ¡Todo era enorme! Jugaron mucho tiempo hasta que se cansaron. Por fin, llegó el momento de comer. Les trajeron unas hamburguesas enormes con muchas papas fritas con demasiado ketchup. Los niños se relamieron y comenzaron a devorar tal comida. Ángel fue cauto y, con su pesimismo habitual, les dijo que no comiesen, mucho, que les podía caer mal. Ningún niño, ni siquiera Mercedes, le hizo caso. Pronto comenzaron a sentirse mal y pararon de comer. Descansaron un momento y volvieron a jugar. Como antes mencioné, las atracciones eran demasiado grandes y los niños se sintieron peor. Se empezaron a marear y pararon de jugar.
Al fin llegó el momento de abrir los regalos. Un amigo de Jane y los hermanos, Eduardo, le regaló a su amiga un sofisticado ordenador portátil táctil. Mercedes y Ángel se miraron. ¡Su regalo era tan pobre y pequeño en comparación con ese ordenador! Alba, otra amiga, le regaló a Jane una tableta última generación. Los dos hermanos pensaron que su regalo era muy insignificante. Brigitte, una amiga muy querida por todos, le regaló simplemente un estuche de lápices. Todos se imaginaron que Jane no lo agradecería, pero en cambio le encantó. Mercedes y Ángel se quedaron muy contentos. ¡Su regalo iba a ser el ideal! Y ocurrió así. Los dos hermanos le entregaron el regalo a Jane y su amiga les dijo que el vestido y el estuche habían sido los mejores regalo. No le importaba todos aquellos otros regalos, tan grandes e impresionantes, le importaba el cariño con el que se habían hecho. Incluso habría preferido simplemente una tarjeta decorada por sus amigos, con eso se sentía feliz. Como antes con la comida, que prefería unas cuantas papas fritas con ketchup y una hamburguesa normal en vez de una enorme y grasienta hamburguesa con enormes papas fritas con demasiado ketchup. En esta aventura también aprendieron que era mejor no ser ni muy pesimista ni muy optimista, hay que ser normal. Ángel y Mercedes se dieron cuenta de esto último y cada vez están intentando ser menos pesimistas (en el caso de Ángel, que hay veces que no disfrutamos la vida pensando en lo que puede salir mal) y menos optimistas (en el caso de Mercedes, aunque es mejor ser optimista que pesimista)
Los amigos crearon un club que llamaron MABEAJ (Mercedes, Ángel, Brigitte, Eduardo, Alba y Jane).
Sadasu ^_^
También había que pensar en el regalo. Los padres de los hermanos los llevaron a comprarlo al centro comercial. Pero era algo muy complicado. ¡Habían tantas cosas bonitas que era imposible decidirse por una! Mercedes le quería comprar a su amiga un vestido azul con unas preciosas flores blancas y rosas. ¡Sabía que era el regalo ideal para Jane! Ángel no pudo quejarse esta vez: ¡Era un traje maravilloso! Compraron el regalo, pero ellos no se resistieron a los fantásticos juguetes del centro comercial. Mercedes se compró una máquina para hacer pulseras y Ángel unos auriculares para su ordenador.
Muy contentos con el regalo que le habían comprado a Jane (y con los juguetes que se compraron) fueron al cumpleaños de su amiga. Jane iba a celebrar su cumple en un espacio muy grande, con juegos, camas elásticas, chucherías ¡un verdadero paraíso para los niños! Ángel seguía pensando que algo tenía que salir mal. Mercedes, en cambio, estaba muy contenta. ¡Todo era enorme! Jugaron mucho tiempo hasta que se cansaron. Por fin, llegó el momento de comer. Les trajeron unas hamburguesas enormes con muchas papas fritas con demasiado ketchup. Los niños se relamieron y comenzaron a devorar tal comida. Ángel fue cauto y, con su pesimismo habitual, les dijo que no comiesen, mucho, que les podía caer mal. Ningún niño, ni siquiera Mercedes, le hizo caso. Pronto comenzaron a sentirse mal y pararon de comer. Descansaron un momento y volvieron a jugar. Como antes mencioné, las atracciones eran demasiado grandes y los niños se sintieron peor. Se empezaron a marear y pararon de jugar.
Al fin llegó el momento de abrir los regalos. Un amigo de Jane y los hermanos, Eduardo, le regaló a su amiga un sofisticado ordenador portátil táctil. Mercedes y Ángel se miraron. ¡Su regalo era tan pobre y pequeño en comparación con ese ordenador! Alba, otra amiga, le regaló a Jane una tableta última generación. Los dos hermanos pensaron que su regalo era muy insignificante. Brigitte, una amiga muy querida por todos, le regaló simplemente un estuche de lápices. Todos se imaginaron que Jane no lo agradecería, pero en cambio le encantó. Mercedes y Ángel se quedaron muy contentos. ¡Su regalo iba a ser el ideal! Y ocurrió así. Los dos hermanos le entregaron el regalo a Jane y su amiga les dijo que el vestido y el estuche habían sido los mejores regalo. No le importaba todos aquellos otros regalos, tan grandes e impresionantes, le importaba el cariño con el que se habían hecho. Incluso habría preferido simplemente una tarjeta decorada por sus amigos, con eso se sentía feliz. Como antes con la comida, que prefería unas cuantas papas fritas con ketchup y una hamburguesa normal en vez de una enorme y grasienta hamburguesa con enormes papas fritas con demasiado ketchup. En esta aventura también aprendieron que era mejor no ser ni muy pesimista ni muy optimista, hay que ser normal. Ángel y Mercedes se dieron cuenta de esto último y cada vez están intentando ser menos pesimistas (en el caso de Ángel, que hay veces que no disfrutamos la vida pensando en lo que puede salir mal) y menos optimistas (en el caso de Mercedes, aunque es mejor ser optimista que pesimista)
Los amigos crearon un club que llamaron MABEAJ (Mercedes, Ángel, Brigitte, Eduardo, Alba y Jane).
Sadasu ^_^
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