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lunes, 21 de abril de 2014

Mercedes y Ángel con las medusas (nº 2)


Como sabrás si has leído la entrada de este blog "Mercedes y Ángel en el cumpleaños" (http://elblogdesadasu.blogspot.com.es/2014/04/mercedes-y-angel-en-el-cumpleanos-n1.html), Mercedes y Ángel eran dos  hermanos  que vivían con sus padres en la ciudad de "Zare", en el desierto del Colorado, EE.UU. Mercedes tenía un carácter amigable y era educada, aunque a veces era demasiado pacífica, y no discutía aunque fuera por una causa justa. Ángel era amable, pero a veces era muy impulsivo  y eso le metía en líos. También era pesimista, pero intentaba vencer esta cualidad. Los dos hermanos se respetaban mutuamente y pasaban largos ratos jugando juntos.
Los hermanos se fueron con su familia y con sus amigos Brigitte, Eduardo, Alba y Jane a un pueblecito costero. Había Allí conocieron a Ángela y Luis, dos hermanos muy parecidos a ellos. Sus nuevos amigos les dijeron que en el pueblo había una gran playa de arena blanca, con aguas cristalinas. ¡Era fantástica en todas las estaciones!  Tanto en invierno como en verano podías bañarte en estas magníficas aguas transparentes. Luis y Ángela iban a nadar a esta playa casi todos los días. Los hermanos y sus amigos iban a bañarse allí siempre. Disfrutaban mucho, pero un día llegaron unos seres con cuerpo transparente y rosado, con largos tentáculos viscosos... ¡Medusas! Todos se pusieron muy tristes ya que ahora no se podían bañar. Pero Ángel, más valiente que la pobre Mercedes, decía: <<Voy a  nadar, unas cuantas medusas no me lo van a impedir>> Mercedes le decía que fuera cuidadoso,  pero él, seguía diciendo que se quería bañar. Sus  padres no se lo permitían, pero después se dieron cuenta de que su hijo tenía que aprender la lección. Así que le dijeron a Ángel que si se quería bañar que se bañara pero que era una imprudencia. El niño, muy contento, dijo que iba a ir a la playa a llevar a cabo su  cometido, bañarse. Mercedes se ofreció a acompañarle, y así, los dos hermanos fueron juntos a la magnífica playa. Ángel inspeccionó la zona asegurándose que no había medusas donde se iba a bañar.  Rápidamente, se tiró al mar y empezó a nadar. ¡Qué fresca estaba el agua!  El niño, con una sonrisa, pensaba: << Y mis padres y mi hermana diciendo que no me bañase... ¡como si una medusa me fuese a picar! >> Mercedes lo miraba desde la orilla con frío. Su hermano se bañó un buen rato y hasta volvió a su casa para coger las gafas de bucear, ya que hacía un día espléndido y los peces se veían con facilidad bajo las aguas cristalinas. El niño estaba saliendo del agua cuando sintió un dolor intenso en la pierna, como si algo le hubiese picado. Con horror descubrió que ese "algo"  era una medusa. << ¡No! ahora todos se reirán de mi >>- pensó  Ángel. Su hermana, viendo que Ángel parecía estar en un apuro, fue corriendo a socorrerlo. Al niño le dolía mucho, y su hermana lo llevó a casa. Sus padres le curaron, pero él se había percatado de algo muy importante: no debía ser tan impulsivo, sin pensar antes las cosas y no hacer caso a las recomendaciones.

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