Como sabrás si has leído la entrada de este blog "Mercedes y Ángel en el cumpleaños" (http://elblogdesadasu.blogspot.com.es/2014/04/mercedes-y-angel-en-el-cumpleanos-n1.html), Mercedes y Ángel eran dos hermanos
que vivían con sus padres en la ciudad de "Zare", en el desierto del Colorado, EE.UU. Mercedes tenía un carácter
amigable y era educada, aunque a veces era demasiado pacífica,
y no discutía aunque fuera por una causa justa. Ángel era amable, pero a veces
era muy impulsivo y eso le metía en
líos. También era pesimista, pero intentaba vencer esta cualidad. Los dos hermanos se respetaban mutuamente y pasaban largos ratos jugando
juntos.
Los hermanos se fueron con su familia y con sus amigos Brigitte, Eduardo, Alba y Jane a un pueblecito costero. Había Allí conocieron a Ángela y Luis, dos hermanos muy parecidos a ellos. Sus nuevos amigos les dijeron que en el pueblo había una gran playa de arena blanca, con aguas cristalinas. ¡Era fantástica en
todas las estaciones! Tanto en invierno
como en verano podías bañarte en estas magníficas aguas transparentes. Luis y Ángela
iban a nadar a esta playa casi todos los días. Los hermanos y sus amigos iban a bañarse allí siempre. Disfrutaban mucho, pero un día
llegaron unos seres con cuerpo transparente y rosado, con largos tentáculos viscosos...
¡Medusas! Todos se pusieron muy tristes ya que ahora no se podían
bañar. Pero Ángel, más valiente que la pobre Mercedes, decía: <<Voy a nadar, unas cuantas medusas no me lo van a
impedir>> Mercedes le decía que
fuera cuidadoso, pero él, seguía
diciendo que se quería bañar. Sus padres
no se lo permitían, pero después se dieron cuenta de que su hijo tenía que
aprender la lección. Así que le dijeron a Ángel que si se quería bañar que se
bañara pero que era una imprudencia. El niño, muy contento, dijo que iba a ir a
la playa a llevar a cabo su cometido,
bañarse. Mercedes se ofreció a acompañarle, y así, los dos hermanos fueron juntos
a la magnífica playa. Ángel inspeccionó la zona asegurándose que no había
medusas donde se iba a bañar.
Rápidamente, se tiró al mar y empezó a nadar. ¡Qué fresca estaba el
agua! El niño, con una sonrisa, pensaba:
<< Y mis padres y mi hermana diciendo que no me bañase... ¡como si una
medusa me fuese a picar! >> Mercedes lo miraba desde la orilla con frío. Su
hermano se bañó un buen rato y hasta volvió a su casa para coger las gafas de
bucear, ya que hacía un día espléndido y los peces se veían con facilidad bajo
las aguas cristalinas. El niño estaba saliendo del agua cuando sintió un dolor
intenso en la pierna, como si algo le hubiese picado. Con horror descubrió que
ese "algo" era una medusa.
<< ¡No! ahora todos se reirán de mi >>- pensó Ángel. Su hermana, viendo que Ángel parecía
estar en un apuro, fue corriendo a socorrerlo. Al niño le dolía mucho, y su
hermana lo llevó a casa. Sus padres le curaron, pero él se había percatado de
algo muy importante: no debía ser tan impulsivo, sin pensar antes las cosas y
no hacer caso a las recomendaciones.