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jueves, 30 de mayo de 2013

La Laguna

Escribo sobre La Laguna porque hoy, 30 de mayo, es el día de Canarias y esa pequeña ciudad, La Laguna, está en Tenerife, una de las islas Canarias.
La Laguna es una ciudad
que tiene bondad.
Es muy bonita,
pero no chiquitita.
En esa ciudad
no hay maldad.
Aunque también esa ciudad
tiene humedad.
La Laguna tiene muchas historias,
es una gloria.
Esa ciudad,
tiene una cualidad,
que es su universidad.
La verdad es que La Laguna,
es una aventura.
Sadasu
 

domingo, 26 de mayo de 2013

De Alemania a España

Había una vez una niña llamada Mariela que vivía en Herdorf, Alemania. Su pelo era muy largo y oscuro y tenía los ojos negros. A ella le gustaba mucho su pueblo y por nada del mundo lo cambiaría.


Pero un día los padres de Mariela le dijeron a la niña que se iban a mudar a España, concretamente a Madrid, dentro de una semana. Mariela se puso a llorar. ¡No se quería ir de Herdorf! Y además, ¡Ella no sabía español! Sus padres la tranquilizaron diciéndole que ellos habían estudiado español en la Universidad y que no pasaba nada. Pero Mariela pensaba "Además yo voy a tener que ir a un nuevo colegio, y no me voy a entender con el resto de los niños".
Pasó una semana y llegó el momento de irse. La pobre Mariela saludaba a todos sus amigos diciéndoles con una gran sonrisa en la boca "¡Les escribiré! ¡Volveremos pronto!" Pero por dentro estaba llorando. Iban a hacer tres escalas y llegarían a España dentro de un día.
Cogieron un avión hacia Berna y allí se quedaron una noche. Por la mañana cogieron un avión que los llevaba a París y más tarde fueron a coger otro avión para ir a Barcelona. Y de Barcelona cogieron otro vuelo y llegaron a Madrid.



La casualidad es que el primer día que Mariela fue al colegio de Madrid, descubrió que una niña llamada Marta también se había mudado, y que antes vivía en Kiev, la capital de Ucrania. Mariela empezó a hablar con Marta, contándole cosas de su país. Al final, hablando de lo tristes que estaban cuando se fueron cada una de su ciudad y lo difícil que les fue aprender español, Marta y Mariela se hicieron amigas.
Y así Mariela aprendió que hay que ir a otros sitios, que no siempre es bueno quedarse en un mismo lugar y no ver mundo.
FIN

 

Otra poesía de la playa de Las Canteras.

Aquí hay otra poesía de la playa de Las Canteras:
Las Canteras es una playa,
que está muy lejos del Himalaya.
Está en unas islitas,
que hay que decir que son muy bonitas.
En la isla de Gran Canaria,
está esa playa tan amada.
Además esa playita,
tiene un ecosistema,
que es para hablar un rato del tema.
Sadasu

sábado, 25 de mayo de 2013

Poesía de La Playa de Las Canteras

Me han sugerido escribir una poesía sobre la playa de Las Canteras, que está en Las Palmas de Gran Canaria, Islas Canarias, España. Y aquí está:
Las Canteras
Las Canteras es preciosa,
además de muy valiosa.
Me gusta Las Canteras,
y también sus arenas.
Esa playa es muy bonita,                               
y no es nada chiquitita.
Hay viejas, abadejos
y también cangrejos.
Pero no hay ni salmones,
ni tiburones.
Esa playa tiene una barrera,
que no es nada pequeñuela.
Esa barrera tiene mucha bondad,
ya que no la rompe ni una tempestad.
Sadasu

 

Betty va a Siberia

Betty era una niña que vivía en Moscú, Rusia. Sus ojos eran verdes y su cabello era negro y era muy alta. Todo el mundo decía que era muy guapa. Vivía con sus padres y su hermana Lucy en una casita. No era muy grande, pero era suficiente para que pudiesen vivir cuatro personas.
Era Navidad, y por esas fechas se tenían que mudar a Siberia, otro sitio de Rusia, ya que los padres de Betty tenían una casa allí. Pero Siberia está muy lejos de Moscú y ellos no podían permitirse ir en avión, ya que no tenían mucho dinero. Tendrían que ir en un coche muy grande, en el que podrían dormir hasta que llegasen a Siberia.
En Rusia siempre nieva en invierno, de manera que tuvieron bastantes tormentas de nieve y además hacía mucho frío. Pero a Betty le daba igual el frío, ¡A ella le encantaba la nieve!
Empezaron el trayecto. Fue muy divertido, ya que Betty y su hermana Lucy en cuanto podían, jugaban a tirarse bolas de nieve, hacían muñecos de nieve. Además, por la noche, encendían una hoguera y comían junto al fuego. Después cantaban canciones y al final se iban a dormir. A Betty le encantaba eso. ¡Ojalá eso fuese todos los días incluso cuando estaba en Moscú!
Un día, por fin, llegaron a Siberia. ¡Qué felices estaban los cuatro! ¡Pasarían unas felices Navidades en Siberia! Y además, ¡En compañía de muchos tíos, primos, abuelos...!
FIN

viernes, 24 de mayo de 2013

Blublú y el mar

Blublú era un pez naranja, con pequeñas rayas rosadas, unos puntitos blancos en las aletas y su barriga era rojiza. Era un pez muy raro.
Blublú le tenía mucho miedo al mar porque, aunque vivía en él, el pececito pensaba que se lo podía tragar. ¿Qué por qué? Pues porque Blublú pensaba que el mar no tenía fin. Es decir, que si bajabas y bajabas, era imposible llegar a un "suelo". Sus padres le decía que eso no era verdad, pero Blublú no les hacía caso.
Siempre, cuando los pececitos como Blublú cumplían once años, tenían que bajar al fondo del mar. Blublú tenía diez años. A la semana cumpliría once años. Blublú estaba aterrado. ¡Se lo tragaría el mar!
Blublú, al siguiente día, fue a documentarse a la biblioteca marina. Blublú descubrió que sí existía el fondo del mar, y cada vez estaba más emocionado porque se acercaba el día de su cumpleaños y, por lo tanto, el día en el que él bajaría al fondo del mar.
Al final, llegó el gran día. Blublú y sus amigos bajaron al fondo del mar. ¡Fue precioso!
FIN

miércoles, 22 de mayo de 2013

Poesía del velero

El velero
A lo lejos está el mar, que lo veo brillar
con sus olas y su brisa de sal.
También se ve un velero,
muy altanero,
que navega por el mar con esmero.
Entonces llegó un viajero,
que vio el velero.
Se quería montar en él para navegar
en el mar.
El velero, muy grosero, se negó,
y el viajero se desmayó.
Sadasu

Poesía de la familia

Mi familia   
Me gusta mi familia,
estar con ella es una maravilla.
Mi familia es preciosa, además de bondadosa.
A mi familia le doy lo mejor, un poema con amor.
La familia es un tesoro, y vale más que mucho oro.
A mi familia no la cambiaría por nada, ni siquiera por un hada.
 Sadasu
                 

domingo, 19 de mayo de 2013

La esperanza

Empiezo este blog con un cuento que me inventé hace un tiempo. Se titula: "La esperanza":

Sara Esperanza era una niña que vivía en Tenerife. Ella quería que todo el mundo fuese feliz. Un día, le dijeron que para conseguir eso, debía llegar a América, y de allí, bajan hasta Argentina. En Argentina estaba la felicidad. Un día, le pidió ayuda a mucha gente, para que todos fuesen a buscar la felicidad. Consiguieron muchos barcos para llegar a su destino. Harían escala en muchos países. Así que, un buen día, embarcaron. El viento fue favorable y no hubo muchas tormentas. Llegaron, después de mucho tiempo, a Cuba. Allí cogieron comida y agua y siguieron para abajo. Un día, empezó una tormenta fuerte. Empezó a llover un montón, pero no pasó nada. Mucha gente se asustó, pero pronto llegaron a Brasil. Se quedaron dos días y después siguieron la travesía. A medida que se alejaban del ecuador, más frío hacía. Y como era invierno, nevó muchas veces. Al final llegaron a Chile, un país que está muy cerca de Argentina. Allí compraron abrigos y bufandas. Al llegar a Argentina, un montón de gente, enterada de que buscaban la felicidad, les dieron una cálida bienvenida. Ese montón de gente, no eran solo argentinos, sino también alemanes, ingleses, americanos, españoles, franceses...
Un inglés, que conocía muy bien Argentina, se ofreció a hacerles de guía para encontrar la felicidad. Se llamaba Clever, que significa "listo" en inglés. Además, Sara Esperanza, la protagonista de este cuento, sabía inglés. Clever les dijo que cerca había una cueva en la que quizás estaba la felicidad. Fueron hasta esa cueva y entraron. Pero se llevaron una decepción. Allí no estaba la felicidad. El inglés les dijo que cerca había otra cueva, pero, ya que era muy onda, nadie entraba. Sara dijo que podían ir a esa cueva. Los demás aceptaron. Cuando llegaron a la cueva, entraron y encontraron... ¡LA FELICIDAD! ¡Sara Esperanza había acertado! Sara Esperanza, la niña que consiguió, con su esperanza y valentía, la felicidad.
 
FIN